top of page

EL ELEGIDO

  • Jorge Ocaña
  • 21 ene 2020
  • 8 Min. de lectura

El Elegido (2016) es una película que narra el proceso de planificación y ejecución del asesinato del líder soviético; León Trotski en 1940, por parte de un joven barcelonés, agente del GPU (NKVD), y miembro del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña); Ramón Mercader. Más allá del gran contenido histórico que presenta, me parece fundamental recopilar fragmentos concretos de los momentos clave en los cuales se muestra una potente reafirmación ideológica por parte de los miembros del aparato del Partido Comunista hacia el protagonista a través de sus conversaciones, y mediante las cuales queda nítidamente reflejado por sí mismas elementos estructurales de la consistencia ideológica del comunismo.


Conversación entre un General soviético y Ramón Mercader en su proceso de asimilación de una nueva identidad como; Jacques Mornard.

  • A sus órdenes mi General.

  • Descansen.

  • Señor, le presento a Jacques Mornard; un camarada belga.

  • ¿Belga? Durante años fui agregado militar en la embajada de Bruselas. ¿Puedo acompañarles con los cafés?

  • Por favor.

  • Tengo grandes recuerdos de Bélgica, un país discreto y culto. ¿Dónde estudió usted? Monsieur Mornard.

  • En los Jesuitas.

  • ¿De verdad?

  • Sí.

  • Sus padres deben ser muy católicos.

  • No, no, no. En realidad era porque el colegio estaba muy cerca de casa.

  • Ah, está bien. Pero… no recuerdo ningún colegio Jesuita en ese barrio.

  • ¿Y no se aburría en una ciudad tan pequeña? Quiero decir, al lado de París, Bruselas es como una aldea, ¿no?

  • No, no. No recuerdo ninguna escuela de Jesuitas.

  • Ya, no puede acordarse de todo, ¿verdad?

  • Bueno, parte de mi trabajo es observar y recordar, y no recuerdo ese colegio.

  • ¿Qué importancia tiene?

  • Que yo no miento.

  • Bueno, señor, yo no he dicho que lo haga.

  • Lo que le estoy diciendo es que; o miente usted o miento yo. Respóndame. ¿Dónde reside la verdad? Monsieur Mornard. ¿No sabe dónde está la verdad o la realidad? No existen, son solo percepciones subjetivas hechas a la medida de cada individuo. Por eso es más fácil mentir que decir la verdad. El que miente tiene libertad para construir su invención y darle solidez. El que dice la verdad es prisionero del recuerdo. Solo piense que tiene su propia realidad, la que usted decida, intente no salirse nunca de ella, y todo el mundo la aceptará. Creo que puede ser de su interés saber que nunca he tenido el placer de conocer su hermoso, discreto, y cultural país. Jamás.

En este primer paso se muestra un fragmento que introduce un pensamiento esencial; la fuerza del relativismo en la construcción de la realidad. La verdad, la realidad, los datos, los hechos o las evidencias no importan, no son un fin en sí mismas. La realidad, los datos, los hechos o las evidencias constituyen elementos moldeables sujetos al interés ideológico. Los datos, los hechos o las evidencias no sirven para realizar un análisis lógico-racional que permita adoptar mejores decisiones, sino que son un instrumento más, adaptable como cualquier otro a las necesidades momentáneas, y cuya finalidad lejos de ser conocer mejor y saber más, sirven única y exclusivamente en la medida en que ayuden a justificar los parámetros y postulados ideológicos, nada más. Esto conduce a la aceptación inicial de un relativismo total.


Conversación entre Kotov (superior de Mercader dentro del GPU) y Ramón Mercader, tras su nombramiento y ascenso como agente soviético.

  • Nastrovia, por tu ascenso y el éxito de la misión. Bienvenido al GPU, por favor.

  • Estoy deseando empezar. (Kotov saca su arma y la deja sobre la mesa).

  • No debes dejar ningún rastro, nada debe relacionarte con este lugar. (Mercader mira a su perro sentado en el suelo).

  • ¿Por qué?

  • Nuestra misión no es hacer preguntas, solo obedecer las órdenes. Las dudas no existen porque alguien ya ha pensado por nosotros. Eso es lo que te hará fuerte. Eso nos llevará a la victoria. (Mercader recoge el arma de la mesa y abate al animal).

  • Ramón Mercader ha muerto, desde ahora eres Jacques Mornard.

En este segundo paso se muestra un fragmento que incide sobre el pensamiento anteriormente creado; la fuerza del hiperliderazgo partidista. Este planteamiento es propio de ideologías tanto autoritarias como totalitarias, que exigen y necesitan de la sumisión total del individuo, su obediencia ciega a la jerarquía de mando, y la completa desconexión del sujeto con cualquier tipo de pensamiento, duda, o iniciativa que pueda degenerar en discrepancia al cuestionarse elementos tales como; la verdad, la realidad, los datos, los hechos, o las evidencias, que ahora son relativos y por tanto pueden variar a voluntad, dejando de estar sujetos a un proceso lógico-racional. Este planteamiento es sencillo, simple, y cómodo; tan solo hay que obedecer órdenes. Y lo es hasta que aparecen contradicciones, o lo que es lo mismo; hasta que la teoría diseñada desde arriba y a la que uno se ve abocado a obedecer sin cuestionarla como una máquina desprovista de elementos humanos, choca de bruces en la práctica contra cualquier elemento lógico-racional que desmonta intuitiva y subconscientemente la idoneidad fáctica de ejecutar dicha orden. En otras palabras, cuando alguien se percata de que aquello que le han ordenado no es ético, moral, sensato, inteligente, o todo ello simultáneamente.


Conversación entre Kotov (superior de Mercader dentro del GPU) y Ramón Mercader en México.

  • Desde la noche del asalto me han estado siguiendo. ¿Será un policía?

  • Si fuese la policía ya estarías detenido. Nos estás exponiendo Jacques. En el GPU no se admiten errores, ni debilidades. No tendrías que haberme buscado. Y no debes salir del hotel sin una buena razón.

  • No estoy en una cárcel.

  • Estás en una misión.

  • Nunca creí que me harías vigilar.

  • Todos estamos vigilados, siempre hay un informante entre nosotros. No confíes en nadie.

  • ¿Ni en ti, ni en mi madre?

  • ¿Quién sabe? Tal vez tú eres un informante. Tu principal peligro eres tú mismo.

En este tercer paso se muestra un fragmento que, fruto del propio relativismo creado inicialmente y que elimina todo tipo de certezas, conduce al individuo a verse vacío y abocado a la nada más absoluta desde el momento en que no existen directrices que seguir. Al eliminar toda capacidad de desarrollo de iniciativa propia, al sujeto se le arrebata la posibilidad de generar un plan propio o una estrategia al margen de las órdenes que recibe. Y, en ausencia de dichas directrices, se produce un colapso que degenera en; una pérdida de confianza, una ausencia de capacidad de acción, y una castración de su subjetividad. Logrando con ello sumir al individuo dentro de una incertidumbre total, y no siendo nada fuera del plan establecido ni del engranaje del que forma parte y al que pertenece.


Conversación entre Carles Vidal (Capitán republicano y superior de Mercader en la Guerra Civil española) y Ramón Mercader en México.

  • ¿Tú al final te casaste?

  • No, al final de la guerra ella escapó a Rusia y yo a Francia.

  • Hemos tenido suerte de caer en este lado del mundo. Prefiero que mi hija crezca aquí que en Moscú.

  • ¿Qué quieres decir, que ya no vale la pena luchar?

  • No, no no, hombre, no. La miseria y la injusticia siguen siendo las mismas, la revolución hace falta más que nunca.

  • No te entiendo.

  • Que nos han engañado, Ramón. Que estamos luchando por el Paraíso y terminamos haciéndolo para mantener a Stalin en el poder.

  • Tú hablas como Trotski.

  • ¿Trotski? Trotski está acabado, y no sé si nos hubiera ido mejor.

  • Pero eso nos divide y nos debilita.

  • Es el miedo lo que nos debilita. El miedo a pensar diferente. Yo sigo siendo tanto o más comunista que en Barcelona, pero el comunismo ya no está en Moscú. Y no me preguntes dónde está porque no lo sé, pero en Moscú no. Incluso aquí, ve con mucho cuidado de con quién hablas, te empezarán a acusar de traidor, de fascista, y entonces sabes que algo mucho peor te puede pasar.

En este cuarto paso se muestra un fragmento crucial, en el cual el sujeto se sitúa frente a un espejo. Al mantener una conversación con un antiguo camarada se percata del hecho de que ese diálogo bien podría haber sido con su yo anterior, con su yo antes de comenzar el proceso de pérdida de identidad al que se ha visto sometido. Se da cuenta de cómo las etiquetas de “traidor” o “fascista” son utilizadas como un arma arrojadiza contra todo aquello que no constituya parte del pensamiento único dictado desde la cúpula del aparato del Partido, para etiquetar cualquier tipo de disidencia o discrepancia. Este momento es tan importante porque supone una toma de consciencia momentánea, algo así como un momento de lucidez dentro del proceso de pérdida de su identidad y, con ella, de un raciocinio que le permita discernir hasta dónde alcanza lo que es real en el momento en el cual está viviendo.


Conversación entre Kotov y Caridad Mercader con Ramón Mercader en México.

  • ¿Era necesario que Sheldon muriese?

  • Hablas como si Sheldon fuese inocente, y si crees algo así es que te engañas por completo. En el GPU nadie resulta ser inocente, todos hemos acumulado méritos para que algo así pueda pasarnos a cualquiera.

  • Y Carles, ¿de qué era culpable?

  • ¿Cuántos comunistas murieron en España? Miles. ¿De qué eran culpables? ¿Hace falta ser culpable para morir por la causa? Si tu capitán ha muerto es que existe una buena razón.

  • Pero el capitán era un buen comunista, madre.

  • Entonces lo habría entendido. Un buen comunista sabe sacrificarse. Tu hermano lo hizo, y ¿tú?

  • Sí, madre.

En este quinto paso se muestra un fragmento donde esas incipientes dudas, fruto de la conversación con su antiguo camarada, han logrado hacer aflorar cierto sentido común, cierta lógica, ciertas dudas, que le permiten cuestionarse elementos de carácter básico, como puede ser la contradicción de que su trabajo consista en eliminar compañeros de ideología, en lugar de eliminar a sus adversarios políticos. La situación se solventa mediante la exposición de un pensamiento circular cerrado imbuido de puro relativismo; no se trata de ser buenos o malos, culpables o inocentes, sino de la capacidad para acatar órdenes sin cuestionarlas, en eso consiste una ideología. En demostrar una fe ciega hacia el Partido que detenta la idea en la que primitivamente creías, y que él, mediante su sistema de jerarquías se encarga de interpretar por ti. No hace falta pensar, solo creer en que es posible. En otras palabras, esto de la política no va de hacerlo bien o de hacerlo mal, sino de hacerlo como se te dice.


Conversación entre Kotov y Caridad Mercader con Ramón Mercader en México.

  • No sé si podré hacerlo.

  • Es demasiado tarde para tener miedo.

  • No tengo miedo, son dudas. Y esas dudas me dejan sin fuerza.

  • ¿Qué te hace dudar?

  • No todos los que mueren son traidores.

  • Ni una palabra más sobre ese tema. Haremos lo que se debe hacer.

  • ¿Y si nos estamos equivocando?

  • ¿Si alguien divide a la clase obrera no es un traidor?

  • Trotski está a sueldo de Hitler.

  • Esas mentiras las publica nuestra prensa, lo sabéis tan bien como yo.

  • ¿Te resulta rato utilizar la mentira para destruir al enemigo? A veces la verdad es un lujo que no podemos permitirnos.

  • ¿No nos habremos perdido entre tanta mentira? ¿Nunca habéis dudado?

  • ¿Tú crees que nuestras dudas le pueden interesar a alguien? Nos han formado para servir al Partido, no para cuestionarlo. Somos sus hijos innobles. Nadie se sale de esta maquinaria. No puedes cuestionarla sin pasarte al enemigo. No hay alternativa; obedecer o traicionar, y ni tú ni yo nos pasaremos jamás al enemigo. Deja de lado tus escrúpulos. Antes de convertirse en traidor Trotski fue un gran revolucionario, y siempre supo que el triunfo de la revolución exige sacrificios, nunca dudó a la hora de destruir enemigos. Ahora él es el enemigo.

En este sexto paso se muestra un fragmento que cierra el círculo iniciado al principio. El relativismo con el que se dio origen a su transformación, demuestra que esa ausencia de verdad o realidad objetiva ha acabado por abocarle a una profunda red constituida por un cúmulo de mentiras de las que forma parte y de las que ya no puede escapar. Nada es real a su alrededor, ni siquiera él es real, no es nadie, tan solo tiene el único objetivo que le ha llevado hasta esa situación, y a ello es a lo que se aferra. Se deja morir dentro de su propia mentira. Morir matando para, curiosamente, poder dar algo de sentido a esa realidad inventada.


La película muestra un constante manido intento de realizar una diferenciación entre distintas clases de comunismo o comunistas; donde los trotskistas pretenden mostrarse como los buenos o nobles, y los stalinistas como los malos o despiadados.


Muchas de las referencias expuestas hablan por sí mismas sin necesidad de explicación. Como se puede comprobar, cada conversación forma parte de un mismo y único proceso, que tiene un fin claro; transformar a un ser humano con ideales en una fría máquina obediente al servicio de órdenes que, para cuyo cumplimiento íntegro, le exigen no pensar, no razonar, y en definitiva dejar de ser lo que es; humano.


“Solo el Partido sabe y decide dónde un comunista es más útil.” (Caridad Mercader)

Entradas recientes

Ver todo
JAMES BOND FUERON LOS PADRES

Las películas de la saga Bond tienen una serie parámetros comunes para configurar sus tramas; se rigen por un conjunto de reglas no...

 
 
 
IN TIME

In time (2011) es una película que recrea una realidad futurista alternativa allá por el año 2.161, donde el tiempo sustituye al dinero...

 
 
 
JUEGO DE TRONOS (II)

Hice cuanto hice por el bien del Reino. ¿El Reino? ¿Sabéis qué es el Reino? Son las mil espadas de los enemigos de Aegon. Una historia...

 
 
 

Comentarios


bottom of page