JUEGO DE TRONOS (I)
- Jorge Ocaña
- 14 nov 2018
- 3 Min. de lectura
Cuando hay chicos y chicas en la misma casa se dan situaciones embarazosas. A veces he oído que hasta entre hermanos y hermanas se desarrolla cierto afecto. Y cuando ese afecto acaba conociéndose, bueno, es una situación embarazosa, desde luego, y más en una familia importante. Esas familias a veces olvidan una simple verdad, pienso yo.
Y, ¿qué verdad es esa?
El conocimiento es poder.
Prendedlo. Degolladle. Alto. Esperad. He cambiado de idea. Soltadlo. Dad tres pasos atrás. Volveos. Cerrad los ojos. El poder es poder.
(Temporada 2, Capítulo 1: “El Norte no olvida”. Conversación entre Cersei Lannister y Petyr Baelish “Meñique”.)
El poder define la clase de relación existente entre dos individuos, la cual está sujeta a multitud de interacciones de carácter social, y que debido a la existencia de reglas tácitas o explícitas por ambos conocidas de antemano dicha relación tendrá un sentido concreto y condicionado a las mismas hasta que éstas varíen. Esa relación existente fluctúa entre la orden o el mando y la obediencia o la subordinación.
El poder se ejerce a través de órdenes o acciones, pero no existe un solo elemento a través del cual se pueda ejercer el poder, sino muchos de ellos: la fuerza (la coacción o la coerción), la persuasión, la influencia, el carisma, el afecto, la pericia, la experiencia, el conocimiento, la comunicación, el dinero, etc.
Aquella relación en la cual una de las dos partes cuenta con varios elementos a través de los cuales poder ejercer de forma fáctica su voluntad sobre la otra parte, no admite discusión el sentido que toma la dirección de la dicotómica: orden-obediencia. Pero precisamente en aquellas relaciones donde dichos elementos son compartidos, repartidos, o bien desconocidos entre ambos es cuando no está clara hacia dónde se balancea la situación de dependencia, y por consiguiente aparecen pugnas de poder o por el poder. Ese es el resultado de la escena de Juego de tronos, que equivale a una inusualmente mala evaluación de la situación por parte de Meñique.
Respecto a la libertad individual; poder es la capacidad de un sujeto de ser dueño de su voluntad, y controlar su destino a través de las decisiones que adopta y de las acciones que ejecuta. En este sentido, la ausencia de intromisión por parte de terceros que ejerzan algún elemento directo o indirecto de poder a través del cual hagan que un sujeto actúe en contra de su propia voluntad, denotaría la existencia de libertad.
El problema surge cuando no es uno o varios sujetos quienes ejercen elementos de poder a través de los cuales condicionan la acción de un sujeto acorde a su propia voluntad, sino que son cuestiones fácticas inherentes a su persona o consustanciales a su condición social o particular las que impiden su capacidad de ejercicio de su poder y por ende del desarrollo de su voluntad efectiva. En este sentido, no se trata de revertir una relación de poder concreta para preservar la libertad individual, sino de revertir las condiciones materiales que impiden transformar la realidad acorde a una voluntad ilimitada.
A lo que Cercei hacer referencia con su definición; el poder es poder, es al hecho fáctico de esa relación real de; orden-obediencia, mando-subordinación. La direccionalidad real marcada por los elementos a través de los que se desarrolla el poder dota de un sentido certero a esa relación. Negar la realidad de los hechos es darse de bruces contra la verdad, que es tanto como ir en contra de la lógica y de la razón. La posición de Cercei es una postura netamente posibilista y realista fundamentada sobre un elemento tanto volitivo como facultativo, mientras que Meñique extrañamente subestima a su adversaria en un acto de impudencia temeraria en absoluto propio de su personaje.
Las reglas de las relaciones de poder son sencillas, pero no deben subestimarse ni tomarse a la ligera. Utilizando como símil un juego clásico; No importa cuántas veces saques una piedra, jamás conseguirá derrotar al papel. No importa cuántas veces saques un papel, jamás conseguirá derrotar a la tijera. No importa cuántas veces saques una tijera, jamás conseguirá derrotar a la piedra. No importa lo que creas, pienses o intuyas. La realidad de los hechos siempre acaba por alcanzarte. El poder es poder.
Comments