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ROCKY IV

  • Jorge Ocaña
  • 27 nov 2016
  • 9 Min. de lectura

Toda la saga de películas de Rocky Balboa constituye una oda al esfuerzo, la superación personal y la importancia de la creencia en uno mismo para la consecución de los logros vitales que cada cual se proponga alcanzar. Cada nueva entrega muestra un enfoque diferente en las que la lección es siempre la misma: la lucha de la determinación frente al determinismo. Nada está decidido de antemano, el futuro no está escrito sino que cada cual ha de labrarse el suyo propio, y en esa pugna diaria creer en las posibilidades de uno mismo es lo que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso.


En las distintas películas, Rocky ha de pelear continuamente desde el principio contra el derrotismo que le rodea. En la primera se le menosprecia por ser un púgil amateur que se enfrenta al campeón del mundo. En la segunda se aduce de forma reiterada que tuvo suerte de resistir al campeón en el anterior combate hasta el final, pese a no lograr la victoria por puntos, nadie le había aguantado hasta entonces todos los asaltos en pie. En la tercera se le achaca su edad y haber perdido la garra que tenía cuando conquistó el título de campeón mundial de los pesos pesados del boxeo. En la cuarta la superioridad física de su rival le confiere un halo de invencibilidad contra el que le dan continuamente por perdedor al Potro italiano.


Al margen de la opinión externa, Balboa sabe que el primero que ha de creer en él para que quienes le rodean comiencen a hacerlo es él mismo. Esta idea queda reflejada con meridiana claridad a lo largo de las distintas entregas de la saga, pero hay dos escenas en las que es el propio protagonista quien lo expresa de forma directa. A su hijo en la película Rocky Balboa, y a su cuñado Paulie en Rocky III:

- “Si tú sabes lo que vales, ve y consigue lo que mereces. Pero tendrás que soportar los golpes. Y no puedes estar diciendo que no estás donde querías llegar por culpa de él, de ella, ni de nadie. Eso lo hacen los cobardes y tú no lo eres. Tú eres capaz de todo.”

- “Nadie le debe nada a nadie, uno se lo debe todo a sí mismo. A los amigos tampoco, si hacen algo es porque quieren hacerlo. Nadie te deja de lado Paulie, ni eres un fracasado. Solo eres un envidioso, un vago envidioso.”


La cuarta entrega de la saga es sin duda la que mayor jugo tiene desde el punto de vista politológico. El análisis puede enfocarse desde una perspectiva temporal dentro del contexto en el cual fue filmada y estrenada en el año 1985; la etapa final de la Guerra Fría. En este sentido, la película debiera ser examinada desde el campo de la publicidad más que desde el de la política. Se trata de una producción norteamericana en la que los elementos propagandísticos favorables a Occidente en el conflicto Este-Oeste son más que evidentes. Aún así aparece alguna que otra puya a lo largo de la misma en abierta crítica hacia el régimen estadounidense, como por ejemplo que el Comité Americano de Boxeo no reconociese como oficial el combate final entre Balboa y el púgil soviético para no poner en juego el título, dando con ello muestra de debilidad, cierto miedo y desconfianza de las instituciones americanas en su propio campeón. Una vez más se presenta a Rocky luchando contra la adversidad, incluso de su propia nación.


Al margen de tantos detalles que se pueden extraer en relación al enfrentamiento en tiempo real que había en ese momento entre Estados Unidos y la Unión Soviética, este análisis pretende centrarse más en las características ideológicas primarias que aparecen en la película.


El conflicto que se refleja no es solo entre dos naciones, dos ideas, o dos formas distintas de ver el mundo. La lucha que se presenta es entre la esencia del ser humano y la técnica, entre aquello que es consustancial al Hombre frente a su intento de perfección en laboratorio, la pugna es del corazón frente a la ciencia.


Por un lado se presenta a Rocky Balboa, un púgil que es todo entrega, esfuerzo diario, superación personal, trabajo duro y corazón. Por el otro aparece Iván Drago, un boxeador amateur soviético que representa el mito del hombre nuevo. Se trata de una semejanza directamente relacionada con la transformación del Hombre como medio de transformación de la sociedad, planteamiento primordial dentro de la ideología marxista, representado en este caso mediante una evolución física edulcorada. El atleta del futuro, como lo denominan los suyos, cuenta con una mayor estatura, peso, fuerza y resistencia, con una apariencia física devastadora cuyo potencial se confirmará en el combate inicial que le enfrentará contra Apollo Creed.


Toda la película gira desde su inicio en torno a la construcción de la imagen de indestructibilidad del boxeador soviético. Se hacen asociaciones continuas por parte de los rusos en relación al mencionado mito del Hombre nuevo, representado en este caso en Drago. Se recalca continuamente la debilidad física de Balboa en comparación al ruso. La imagen de Drago lleva implícita la idea de alterar todo lo que el ser humano es y ha sido a lo largo de su Historia, de cómo se ha construido a sí mismo a través de sus circunstancias, su contexto y en base a su esencia originaria. Lo que representa es la modificación de forma artificial de la naturaleza humana haciendo uso de la ciencia para eliminar su pasado y empezar de cero.


Mientras que Drago aspira a ser el hombre nuevo, una versión mejorada del hombre. Rocky se empeña en sacar lo mejor de sí mismo, siendo consciente de que superarse a sí mismo supone la única forma de conseguir vencer de forma íntegra a aquello que ha sido adulterado. La confianza de Apollo es la confianza en el triunfo de la Libertad por ser algo natural, su muerte revela que aunque así sea nada está dado. Lo natural no solo tiene que vencer por el mero hecho de serlo, sino que hay que luchar frente la adversidad y la artificialidad derrotándolas para que eso ocurra.


A lo largo de toda la película aparecen guiños que pueden ser interpretados tanto en la variable del conflicto internacional como en la variable Libertad-Igualdad que se está tratando de exponer. Algunas de estas puyas son: La igualdad física y estética entre el púgil soviético y su esposa, frente a la diversidad racial americana mucho menos encorsetada. En un principio los americanos se muestran presuntuosos y soberbios, la canción Living in América de James Brown es un ejemplo de ello, que revela el exceso de confianza como su punto débil, y ahí será donde se les golpeará más fuerte. Durante su estancia en Rusia, Paulie lleva en la espalda de su cazadora el emblema Gadsden con una serpiente de cascabel y la frase “Don´t tread on me”, símbolo de la revolución norteamericana. La entrada al ring en Rusia está cerrada con verjas, mientras que en Estados Unidos es una cortina la que lo separa de los vestuarios. La presentación de Apollo en América es jocosa y distendida, mientras que la de Drago en la Unión Soviética es seria y recta, tratando de infundir miedo en el rival. Durante ambos combates se trata de desprestigiar al boxeador ruso en los cuales lanza golpes sobre su rival fuera de tiempo en distintos asaltos una vez ha sonado la campana, mostrando con ello su falta de deportividad.


Durante el largometraje aparece una clara asociación entre el comunismo o socialismo y el nacional-socialismo. Se presentan elementos bioideológicos semejantes como la mutación genética o química para lograr una superioridad biológica racial como estándar de igualdad al que aspirar de forma forzada, por encima de las diferencias esenciales inherentes en libertad. La Libertad no genera desigualdad, sino que la desigualdad se da en el estado original. Lo que hace la Libertad es no inmiscuirse para tratar de modificarla, teniendo que transformar para ello la esencia originaria de millones de seres humanos.


En relación a la variable Libertad-Igualdad, naturaleza-artificialidad, existen dos momentos en la película que son clave para comprender esta dicotomía y lo que con ellas se trata de mostrar.


En primer lugar se encuentra la escena del entrenamiento. La forma que tienen ambos boxeadores de entrenarse está íntimamente ligada con aquello que son y en lo que creen.


Drago se entrena corriendo en una pista de atletismo, levantando pesas, utilizando aparatos de escalada, trotadoras, prensas, distintas máquinas para hacer brazos, muslos y abdominales, usa sparrings, y emplea todo tipo de herramientas propias de gimnasio bastante novedosas para su época, además de inyectarse substancias químicas dopantes. Todo ello sirve a modo de ejemplo para hacer incisión en que su entrenamiento se sustenta sobre la artificialidad tecnológica y científica.


Rocky se entrena corriendo sobre la nieve, su preparación física se desarrolla dentro de un establo y al aire libre, anda con un tronco a cuestas, sierra troncos y los parte con un hacha, tala árboles, levanta piedras, ayuda a un buen hombre a sacar su trineo atascado por la nieve, tira de un trineo con Paulie montado sobre él, levanta una carreta que lleva a Adrian, Paulie y Duke dentro, salta a la comba, hace abdominales sobre una viga, además de otros muchos ejercicios propios del boxeo que también aparecen en las películas precedentes, mientras su entrenador le repite una sola consigna: “No hay dolor” (No pain). Todos los elementos de los que hace uso forman parte de la naturaleza, cualquiera con voluntad puede utilizarlos para ejercitarse.


En definitiva, lo que se muestra es cómo ambos ejercitan las mismas partes de sus respectivos cuerpos utilizando métodos completamente distintos en su origen, unos mecánicos, los otros naturales.


En segundo lugar está la escena del combate final. Toda la trama se ha ido desarrollando en torno a la construcción de la idea del mito de indestructibilidad del púgil soviético. Dicha situación es incluso dada por hecho por los propios comentaristas estadounidenses que retransmiten el evento. La clave se encuentra en dar la vuelta a dicha situación, demostrarse Rocky a sí mismo que Drago no es más que un hombre, falible, vulnerable y por lo tanto vencible como cualquier otro. Él pelea por sí mismo, porque cree ser el mejor y quiere demostrarlo. Mientras que Balboa lucha por la memoria de su amigo, porque es su forma, como lo era de Apollo, de entender la vida. No sentirse nunca vencido. Convencerse a sí mismo y demostrar al propio ruso, y al resto que los están viendo, que Drago es humano y no una máquina invencible es la diferencia y el punto de inflexión que supone revertir la situación para comenzar a vencer.


En el primer asalto del combate, Drago propina una tremenda paliza a Balboa. Las palabras de Duke a Rocky en el descanso del primer asalto son premonitorias: “Que pierda la moral, hazle daño y la perderá”. Balboa recibe otra terrible paliza en el segundo asalto, pero antes de finalizarlo viéndose acorralado suelta un gancho de derechas que le abre el pómulo izquierdo al púgil ruso. En ese momento lo natural supera a lo artificial, lo humano a lo mecánico, el corazón a la técnica, alcanzando un equilibrio. Rocky se convence de que el soviético no es más que un hombre.


De nuevo, las palabras de Duke en el descanso del segundo asalto tras alcanzar ese punto vuelven a ser una definición exacta de la situación actual: “Le has hecho daño, ahora está preocupado, está sangrando, le ha dolido, lo ves, lo ves, no es una máquina, es un hombre. Tú eres mejor que él. No hay dolor, no hay dolor, no hay dolor. Muy bien, ve a por él”. En contraposición, lo que Drago le dice a su entrador tras haber propinado una brutal paliza a Balboa, y que éste no solo no haya caído, sino que haya sacado fuerzas para abrirle el pómulo, es: “No es humano, es como un bloque de hierro”.


A partir del tercer asalto, siendo consciente Drago de todo cuanto ha hecho por transformar su cuerpo, se da cuenta de que pese a todo ello no es suficiente para detener a Balboa. En su cara se refleja con cada golpe que da, que no es capaz de comprender cómo Rocky puede continuar aguantando sin haber utilizado sus métodos, cuando él ya se encuentra exhausto. Finalmente, tras una tremenda batalla y sacando fuerzas en el último asalto, Balboa logra noquear al boxeador ruso y derribarlo.


Por un lado se da una diferencia formal en el entrenamiento, en sus respectivas formas de desarrollarlo: naturaleza vs. artificialidad (tecnología), libertad vs. igualdad. Por otro lado se da una diferencia material en el combate: corazón vs. química, voluntad vs. técnica. Tu percepción determina tu realidad. La clave se encuentra en el punto de inflexión. Es ese cambio en la perspectiva, acabar con el derrotismo y revertir la situación, lo que hace que lo humano triunfe sobre lo técnico, la libertad sobre la igualdad.


El Estado proporciona seguridad a sus ciudadanos mediante la implantación del orden, porque en la naturaleza no hay orden sino equilibrio. La igualdad jurídica utilizada para ello es artificial pero necesaria, la igualación por su parte es mera ficción cosmética.


El resultado de la película será premonitorio a nivel político. Rocky vence a Drago, pero a qué precio. El precio que Balboa debe pagar por esa pelea, por demostrar la superioridad de la libertad frente a la igualdad, es no poder volver a combatir, dejar su profesión y aquello que ama. El resultado de la victoria del modelo norteamericano sobre el soviético supuso ganar esa batalla, pero asentó las bases para la futura pérdida de su hegemonía como potencia a nivel mundial. La diferencia fundamental entre los dos estriba en que Rocky jamás dejó de lado su esencia y sus valores para derrotar a su rival, sino que precisamente lo venció por creer firmemente en ellos hasta el final y no traicionarlos. Mientras que Estados Unidos utilizó métodos, económicos fundamentalmente, propios de su adversario y eso sentó las bases del inicio de su decadencia, que propiciará en un futuro su caída.


En lo único que hace falta creer cada día es en uno mismo, porque solo hay una persona a la que vayas a tener que aguantar durante el resto de tu vida; a ti mismo. El único hombre nuevo es el que cada uno hacemos de nosotros día tras día.


No hay nada noble en ser superior a tus semejantes, la verdadera nobleza está en ser superior a tu antiguo yo.” E. Hemingway


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