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GUERRA MUNDIAL Z

  • Jorge Ocaña
  • 21 mar 2016
  • 9 Min. de lectura

El fenómeno zombie se utiliza de forma recurrente en el cine de terror. Al igual que el resto de imágenes del mal, su función es extrapolar una realidad al lenguaje cinematográfico con un afán de denuncia social/cultural o crítica de la situación auténtica. Para lograrlo se distorsiona el aspecto de la figura original, pero a su vez se le dota de sutiles rasgos que permitan al espectador reconocer o asociar de forma subliminal la figura cinematográfica con la real, y captar así el mensaje que se trata de transmitir.


El zombie es una imagen del mal que pretende reflejar la otredad en la figura de un ser con un aspecto desharrapado, andrajoso y con muestras físicas de graves lesiones corporales. Es usual presentarlo en acción trepando una verja, escalando muros o rompiendo puertas o cristales con la intención de acceder allí donde se encuentra lo que el espectador considera como humano (el nosotros), para infectarlo convirtiéndolo en el ellos. En este sentido la figura del zombie (como posteriormente lo será la del extraterrestre o alienígena) conceptualmente es representativa en el cine de terror de la imagen del inmigrante en la realidad.


La originalidad de esta película se encuentra en la plasmación de este fenómeno a nivel mundial. Lo recurrente en este tipo de cine es enfocar el nosotros frente al ellos, la invasión focalizada en un entorno concreto; un piso, un barco, una ciudad, un país, etc., mientras que aquí lo que se pretende mostrar es la forma en que el fenómeno es enfrentado en diferentes países de culturas distintas, presentando así una perspectiva multicultural y asemejándolo con su tradición histórica, religiosa o política.


Al tratase de una producción norteamericana es lógico que el rol central, el eje sobre el que pivota la historia, y quien nos ofrece sus gafas a través de las cuales percibiremos los acontecimientos sea de origen estadounidense, o al menos occidental. Y a pesar de este rasgo, el personaje principal trata de encarnar un ente humano neutral en cuanto a nacionalidad se refiere. Las razones que le mueven a recorrer el mundo en busca de una solución no es tanto un sentido de responsabilidad patriótica, sino tener la certeza de que mientras que él se encuentra expuesto buscando la cura, su familia se mantendrá a salvo de la infección en un buque de la Marina americana. Esta es una analogía inversa que aparece respecto a la inmigración. El protagonista no se marcha a buscar un remedio por voluntad propia, sino que las circunstancias (querer mantener a salvo a su familia) son las que le fuerzan a aceptar dicha decisión, que ya han tomado por él.


El personaje principal trata de abarcar una serie de características que son inherentemente humanas. Es cierto que la figura del aventurero conquistador está presente en la historia norteamericana en su avance hacia el oeste para expandir su territorio, pero esa misma figura ya se encontró mucho antes en los navegantes portugueses, italianos y españoles, así como volverá a ocurrir en el futuro con la salida al espacio. El rol de ser pionero, avanzar, descubrir, viajar, etc., no es propiedad de la cultura americana, sino que es consustancial a la esencia del ser humano a lo largo de toda su Historia. Por esto, pese a ver el relato a través de unas gafas concretas, la figura quiere mostrarse como neutral (nacionalmente hablando), un estándar en el sentido de ser humano.


La película también se muestra original en la forma poco cotidiana que tiene de abordar el tema principal; el fenómeno zombie. En este aspecto aparecen frecuentes guiños favorables a la inmigración y la globalización, tratando de naturalizarlos y humanizarlos, quizá porque convencionalmente este tipo de cine ha sido utilizado para el efecto completamente inverso; generar desconfianza hacia lo foráneo. Con ello se refleja no solo el ideal de construcción de la nación norteamericana, sino la forma natural de expansión y progreso de toda la raza humana. Esto puede verse fundamentalmente en dos momentos que merece la pena destacar.


En primer lugar, en contra de la recomendación radiofónica del gobierno estadounidense a sus ciudadanos de permanecer encerrados en sus casas, de no salir al exterior, de no exponerse, el protagonista responde con una frase que lo dice todo por sí misma: “Yo trabajaba en lugares peligrosos y la gente que se movía sobrevivía, mientras que los que no…, o movimento é vida (portugués)”. Frente al papel del Estado como figura que trata de evitar el contacto con lo desconocido enviando instrucciones precisas a sus ciudadanos de cómo deben comportarse, se encuentra el rol del protagonista que promueve justamente lo opuesto para sobrevivir; movimiento, mezcla (contacto), aprendizaje y adaptación (integración).


En segundo lugar, el efecto de la globalización en la rapidez de propagación del contagio queda patente en el papel que el avión tiene como canal de transmisión. Pero no se trata de una crítica a la globalización en sí misma tanto como a la velocidad constante que ésta ha posibilitado y en la que vivimos. El avión se utiliza como símbolo de la inmediatez, la cercanía, la reducción de distancias y el acortamiento de plazos de tiempo en la actualidad. Se asemeja en cierto modo con la influencia que tuvo la figura del barco en la propagación de la peste bubónica en la Edad Media.


Antes de continuar hay que advertir que se trata de una película muy jugosa para ser estudiada desde multitud de disciplinas, especialmente desde las denominadas ciencias sociales; antropología, sociología, política, etc. A pesar de la cantidad de elementos interesantes que se pueden extraer de ella, este comentario se sintetizará en una lectura en clave geopolítica de la película desde una perspectiva politológica, focalizándose en el análisis de la forma que tienen de afrontan un problema común los diferentes países que se exponen como representativos de ideales concretos. Como referentes Orientales están el ejemplo hebreo y el norcoreano, religioso y político respectivamente.


El primer país que visita el protagonista es Corea del Sur. Allí descubre a un agente de la CIA que le explica cómo evitaron la propagación en el país vecino. Corea del Norte se utiliza en la película como ejemplo de un modelo político y social, el comunismo. Habida cuenta de que la dentadura era la herramienta fundamental empleada para la transmisión de la epidemia, las autoridades norcoreanas decidieron arrancarle los dientes a sus 23 millones de compatriotas en menos de 24 horas, “el mayor logro de la Historia en ingeniería social”, en palabras del agente.


No logran encontrar el origen del problema, no consiguen revertir el proceso de conversión, pero detienen su expansión. Se centran en eliminar el instrumento a través del cual se sirve la plaga para contagiarse, y no en eliminar la enfermedad en sí, “sin dientes no hay mordisco ni propagación”; dice el agente de la CIA.


La acción refleja meridianamente la esencia de aquello en lo que consiste el comunismo, la igualación total para bien (evitar la propagación de una infección) y para mal (mutilar a su propia población para conseguirlo) de los individuos de la sociedad en que se implanta.


El segundo país que se utiliza como ejemplo es Israel. En este caso se emplea como exponente de un modelo religioso y cultural; el judaísmo. Debido a su tradición e historia se muestra al pueblo hebreo como desconfiado, tratando de guarecerse y a la defensiva. A la par que se presentan signos de magnanimidad al acoger a refugiados de toda índole, creencia y condición; “cada ser humano que salvamos es un zombie menos que combatir” dice el agente del Mossad, haciendo un guiño con claros tintes religiosos donde se juega simbólicamente con el elemento de la conversión a la fe. La solución hebrea es levantar fortificaciones amuralladas (otro símil de carácter religioso) a su alrededor para evitar la entrada de los infectados en su territorio.


Hay una frase del protagonista que resume con nitidez la solución adoptada por los hebreos: “Llevan dos mil años construyendo muros”. Se trata de una metáfora que hace referencia a su carácter aislacionista que los ha acompañado a lo largo de la Historia en los países donde se han emplazado, creando comunidades étnicas y generando con ello una barrera social, cultural y en ocasiones de comunicación con los nativos del lugar de asentamiento en cuestión.


En este sentido la respuesta hebrea es similar a la norcoreana, se basa en evitar la entrada de los efectos perniciosos dentro de sus fronteras. La misma pauta recomendada por el gobierno estadounidense a menor escala. Mientras que las autoridades norteamericanas aconsejan a sus ciudadanos encerrarse en sus casas, tanto el Estado de Israel como el de Corea del Norte tienen la capacidad coactiva de imponer ese aislamiento de forma forzosa a toda la sociedad en su conjunto. En el haber de Israel se encuentra la exposición de la Teoría del décimo hombre por el agente del Mossad (una de las mejores y más jugosas aportaciones de la película desde el punto de vista politológico). Lo cual implica una mayor elaboración y planificación frente a las técnicas más brutales y rudimentarias empleadas por los norcoreanos. En cualquiera de ambos casos no se plantean abordar la cuestión para entender su origen sino que de hecho esto se da por imposible, como muestra el diálogo entre el agente y el protagonista:

- Olvídese del paciente cero.

- Yo no puedo hacer eso, yo no puedo levantar muros. Se me acaba el tiempo, necesito detalles, respuestas.

- Yo no tengo respuestas. Solo le queda buscar el modo de esconderse.


Ambos países tienen en común que no se centran en la búsqueda del origen de la infección, en encontrar un remedio o en tratar de revertirlo, sino que se limitan a frenar su expansión, y hacen uso para ello de elementos inherentes a sus creencias y su tradición. No se esfuerzan en solucionar el conflicto, sino en evitar su aumento con remedios meramente paliativos.


En contraposición, el modelo que representa el protagonista es el método científico y analítico. El uso de la razón para la resolución del problema comprendiendo su origen. Indagar en las causas partiendo de los efectos. Entender el problema en su conjunto, desde la amplitud de miras que otorga la adquisición de distancia, y a su vez utilizando la lógica sobre el terreno como forma de investigación.


En primer lugar el protagonista recaba información básica y primordial haciendo uso de la observación personal; vía de transmisión (mordisco), el tiempo que tardan en convertirse (13 segundos, otro símbolo más de la inmediatez en que vivimos), los lugares corporales en los que se produce el mordisco con mayor frecuencia (el antebrazo, fundamentalmente por utilizarlo para tratar de protegerse de un ataque), corroborar que no hay contagio por salpicadura de sangre, etc.


En segundo lugar se apoya en un referente con mayor conocimiento sobre el tema que él; el biólogo. Quien le ayuda a entender la esencia natural del proceso que está tratando de comprender (adquisición de distancia respecto al objeto de estudio). Lo cual es fundamental, al igual que el resto de pasos, para ayudar a escalar un peldaño más en el desarrollo del aprendizaje.


“La madre naturaleza es una asesina en serie, nadie la supera y es la más creativa. Pero como todo asesino en serie siente el irrefrenable deseo de que la atrapen. ¿De qué sirven esos fantásticos crímenes si nadie se lleva el mérito? De modo que va dejando miguitas. Lo más difícil, y para eso uno estudia durante años, es reconocerlas e interpretarlas. Y a veces lo que creías que era el aspecto más brutal y activo del virus, resulta que es su talón de Aquiles. Y a ella le encanta disfrazar sus flaquezas de fortalezas, es una cabrona.”


En tercer lugar aparece la búsqueda del origen sobre el terreno (trabajo de campo). Adquirir nueva información, validar teorías, reforzar hipótesis, comparar con la práctica, contrastar conclusiones, etc. (prueba y error). Por ejemplo; cuando descubre al llegar a la base surcoreana que al soldado con la pierna herida no lo atacaron los zombies al verse rodeado por ellos, cuando ve en Israel como a un anciano y a un niño escuálido los sortean una estampida de zombies, cuando le corta la mano a la soldado israelí impulsivamente para evitar que se propague la infección en su interior y se convierta, etc.


En cuarto lugar ser capaz de descartar la información inútil o errónea, e hilar toda aquella que sea relevante para alcanzar la solución óptima, dadas las circunstancias.


En definitiva, como se ha dicho, se trata de una película que cabe ser analizada desde una perspectiva multidisciplinar. En el aspecto descrito es de valorar la imagen transmitida por el protagonista como referente del espíritu de lo que define a la raza humana; la búsqueda de la verdad y la aceptación del riesgo como necesario para mejorar, la movilidad por encima del estatismo como esencia de la vida. Todos los descubrimientos que han conllevado una mejora en la calidad de vida a lo largo de la Historia del ser humano han requerido movimiento y la toma de decisiones, que implica asumir la incertidumbre del resultado. Pero sin lo cual sería imposible disfrutar de los logros alcanzados. Frente a los dogmas políticos y religiosos que evaden el riesgo por su inestabilidad se encuentra esa pulsión individual tan netamente humana que empuja a algunos hombres a poner en riesgo su propia vida para grandeza del destino de la humanidad.

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