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APROXIMACIÓN A LOS CÓDIGOS GEPOLÍTICOS BRITÁNICOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX Y PRINCIPIOS DEL

  • Jorge Ocaña
  • 12 sept 2015
  • 20 Min. de lectura

Actualizado: 20 sept 2020


A la memoria del mejor fan de Bond, allá donde estés siendo, amigo.


- Introducción


Toda la saga de películas de James Bond [1] se encuentra repleta de guiños geopolíticos constantes. El propio lema del apellido Bond incluido en su heráldica es toda una declaración de intenciones geopolíticas; Orbis non sufficit (El mundo no es suficiente). También lo es el hecho de que el MI6 (Military Intelligence, Section 6) [2] utilice como tapadera para sus operaciones la empresa ficticia “Universal Exports”. Y que la nacionalidad de todos los actores que han interpretado el papel sea de países de la Commonwealth. [3]


Solo en la disciplina geopolítica, el tema presente es de por sí lo suficientemente amplio como para poder ser abarcado desde multitud de perspectivas. Puede hacerse un análisis desde la nacionalidad de los villanos o de sus secuaces, desde la pretensión de dominio que tiene el villano de turno en cada nueva entrega, o incluso desde la nacionalidad de las diferentes mujeres con las que se codea el protagonista.


Por cuestiones de espacio y de concreción trataré aquí de abstraerme, en la medida de lo posible, de la ingente cantidad de códigos que aparecen a lo largo de las diferentes películas para centrar el análisis geográfico exclusivamente en lo que comprende la acción en el espacio, las áreas y regiones en que ésta se desarrolla, y su vínculo con el poder.


Aunque se podría realizar un análisis pormenorizado de cada una de las películas en clave geopolítica, el interés de esta investigación se centra en los espacios como conjunto, divididos en seis décadas para encontrar pautas comunes que nos aproximen a una lógica de codificación de las áreas por su relevancia para los intereses británicos.


A pesar de la alta fidelidad que las películas muestran respecto a las novelas, fundamentalmente las de Ian Fleming, se tendrá en cuenta el lugar en que se desarrolla la acción en las películas para intentar apreciar algún tipo de código geopolítico en el orden en que éstas vieron la luz, que no es el mismo en el que las novelas fueron publicadas.


- Marco teórico


La aproximación de este estudio pretende realizarse en base a los escenarios que aparecen en las películas, si bien es cierto que éstos están en buena medida condicionados por aquellos que aparecen en las novelas, aunque en ocasiones se han adaptado según el contexto histórico del momento o se han modificado directamente. Las principales fuentes son por tanto, en primer lugar el creador del personaje, Ian Fleming, con 14 novelas, y los escritores John Gardner y Raymond Benson, autores respectivamente de dos y tres novelas llevadas a la gran pantalla.


La cuestión se sitúa en el declive de Reino Unido como potencia a nivel global para rivalizar con otros Estados por la hegemonía mundial. En este contexto se enmarca tanto el desarrollo de las películas, como el de las novelas, y el de la propia realidad británica. La trama inicial se halla en plena Guerra Fría (Mulvihill, 2001).


El hecho de que Reino Unido fuese el tercer país en hacerse con potencia nuclear en 1952 es indicativo de su incapacidad de reconocerse a sí mismo la pérdida de su Imperio y con él de su antigua capacidad (Stock, 2000: 42-43), como aquel al que le han amputado una parte de su cuerpo y a pesar de ello aún siente que sigue estando ahí. Esto se ejemplifica en que en casi todas las películas Bond acude a regiones o ciudades que en su día formaron parte del Imperio (Laucht, 2013: 360).


El desgaste británico tras la Segunda Guerra Mundial no se dio solo en el plano espacial-geográfico, sino también como referente del modelo económico de libre mercado en detrimento de Estados Unidos, lo cual se evidencia fundamentalmente tras los acuerdos de Bretton Woods de 1944, que substituyó el patrón oro como respaldo del papel moneda por el patrón de cambio con convertibilidad al dólar (Karl, 2008). Una muestra más del declive inglés.


En la actualidad, Reino Unido se presenta como un Estado ya jubilado en esa pugna por la hegemonía mundial, y que resiste en la medida en que sea capaz de mantener su influencia para mediar en el sistema de equilibrio de poderes a nivel global como lo vino haciendo en Europa hasta la Segunda Guerra Mundial (Kissinger, 2016: 43-44). Para lograr ese objetivo depende de mantenerse como potencia marítima internacional, relevante e independiente.


También se presenta un panorama en el que se pone en tela de juicio la futura capacidad británica dentro del mundo globalizado. Un Reino Unido ya sin sus colonias, cada vez más recluido en sí mismo, y para el que los problemas fundamentales que más le preocupan ya no se encuentran de puertas a fuera, sino dentro de sus propias fronteras: Referéndum para la secesión de Escocia en 2014, y Referéndum para la permanencia de Reino Unido dentro la Unión Europea en 2016.


Los escenarios donde se desarrolla la acción comparten características comunes. En su inmensa mayoría, todas las regiones por las que Bond se mueve son ex-colonias o ex-protectorados británicos. [4] La práctica totalidad de lugares que visita tienen costa, a excepción de los países de centro Europa como: Austria, Suiza y Checoslovaquia, las capitales de los principales países europeos: Madrid, Berlín y París, también Hamburgo en Alemania, Las Vegas y Fort Knox en Estados Unidos.


Los espacios que se muestran pueden ser interpretados en una clave de alarma acerca del peligro que acecha para los intereses británicos en un área o región concreta en un momento determinado (Dodds, 2005: 285). En este sentido habría que evaluar la relación entre los espacios donde se interviene y su posible vínculo con las directrices teóricas del modelo de Mackinder (Dodds, et. al. 2004; Mackinder, 2010). Ian Fleming nació en 1908, cuatro años después de que Mackinder expusiese su doctrina, además estudió en Eton y en la Academia militar de Sandhurst, lo cual evidencia al menos su conocimiento del modelo.


La finalidad actual de Reino Unido no es por tanto seguir al pie de la letra las pautas que expuso Mackinder para aspirar a la dominación mundial y convertirse en el hegemón, sino intervenir allí donde más útil le sea en cada momento para mantener vivos sus intereses en varias áreas determinadas que lo sustenten como potencia marítima a escala global. En definitiva, perpetuar una influencia que lo convierta en un actor relevante a nivel internacional al que tener en cuenta dentro del equilibrio de poderes. Del mismo modo, influir o intervenir sobre una región no equivale a mantener una presencia física constante, sino a tener la capacidad de dominio sobre la misma en caso de hacerse necesario.



- Contextualización del análisis y descripción de la cuestión


Gran Bretaña se ha mostrado en todas las películas como el punto de partida. [5] El despacho de M en el edificio del MI6 en Vauxhall ha sido reflejo a lo largo de todas las décadas de seguridad, de indestructibilidad, de invulnerabilidad; el hogar (Stock, 2000: 35-37). La acción se ha desarrollado siempre fuera de las fronteras de Reino Unido, fuera de su isla (con frecuencia en sus ex-colonias o ex-protectorados), hasta el año 1999 en que por primera vez se muestra un ataque en suelo patrio, en el propio cuartel general del MI6 en el corazón de Inglaterra (Londres). Justo un año antes de que se produjese un ataque real del RIRA [6] en ese mismo edificio (Smith, 2016: 165).


Tras los ataques terroristas sufridos en Londres el 7 de julio de 2005 nada volverá a ser igual, desde entonces no pararán de presentarse secuencias de acción dentro de Gran Bretaña. Hasta el momento, las escenas que aparecían allí eran de reuniones, no de acción. Esta sensación de infranqueabilidad de la seguridad del espacio insular queda destruida fundamentalmente tras los dos ataques anteriormente mencionados. La globalización y las nuevas tecnologías se presentan como posibilitadores de ataques internos, y la necesidad de una nueva forma de protección frente al terrorismo internacional (Dodds, 2014: 118). La seguridad interna ya no solo está en manos del MI5, sino también del MI6.


En las últimas películas fundamentalmente, la idea de Imperio (para Reino Unido) se asocia indirectamente también con la imagen del Estado-Nación como concepciones primitivas en la era global en que vivimos. La figura de Bond se presenta como ese defensor de aquello en lo que ya nadie cree. Tanto es así que en ocasiones actúa de forma independiente para llegar donde él considera que es su deber, cuando pierde la confianza de su superior M, quien intenta apartarle de la misión. Bond no actúa frente a otras naciones, sino contra organizaciones cuyas pretensiones son la desestabilización mundial en base a sus intereses monopolísticos (Thomas, 2009; Dodds, 2013). Detrás de esto pudiera encontrarse un atisbo soberanista en respuesta a los planes de futuro que la Unión Europea tiene para sus miembros. En román paladino: fomento del comercio entre naciones; sí, subordinación a una autoridad superior; no.


Los villanos rara vez actúan de acuerdo con el Gobierno del país al que pertenecen, sino que lo hacen de forma independiente a su nacionalidad, o bien en relación a su pertenencia a un grupo terrorista (SPECTRE, [7] Janus, [8] Quantum, [9] etc.). Esto puede ser indicativo de las fluctuaciones espaciales, la pertenencia a una nación o región no determina una política, acción o intereses concretos a seguir.


Si bien es cierto que en las novelas los soviéticos (SMERSH y el KGB) aparecen como adversarios (Price, 1992), las películas no muestran a los soviéticos, primero y rusos después como enemigos, sino más bien como contrincantes. La intención común es adquirir la información antes que los demás para colocarse en una posición superior respecto a otros Estados, en una situación de competición a escala mundial. Los soviéticos o rusos que aparecen como villanos pertenecen a organizaciones terroristas o actúan de forma independiente, aunque para ello se valgan en ocasiones de su status dentro del Estado ruso o soviético traicionándolo por sus intereses. [10] Al contrario, la relación entre Bond y las autoridades soviéticas y rusas suele mostrarse desde una perspectiva de respeto mutuo dentro de su rivalidad. [11] Es la organización terrorista SPECTRE la que trata de enfrentar a la potencia soviética y la británica en beneficio propio. La buena sintonía entre Bond y los representantes oficiales de la URSS o Rusia puede esconder un código de no agresión que muestre cierta confianza que prevenga el conflicto y las hostilidades.


Al contrario de lo que proponen Shin y Namkung (Shin, et. al. 2008), las películas muestran un distanciamiento de Reino Unido respecto a Estados Unidos. Reino Unido quiere mostrarse como un aliado con voluntad e intereses políticos propios, no como un subordinado. Si bien es cierto que existe colaboración entre ambos países a lo largo de varias películas, no existe un tutelaje norteamericano sobre las acciones de Bond. La hegemonía cultural que Bond pudiera estar defendiendo no es en todo caso la actual norteamericana, sino los restos de lo que pudiera quedar de la herencia occidental británica, asumida en buena parte por los Estados Unidos (modelo económico capitalista, régimen político democrático, etc.). En este sentido, no es tanto que Bond proteja valores estadounidenses, sino que Estados Unidos se ha tragado valores británicos pretéritos.


En aquellas películas que tienen lugar en América aparece la figura de Félix Leiter, [12] el alter ego de Bond en la CIA. [13] La presencia de este personaje hace referencia al hecho de que a Estados Unidos le conciernen todos los asuntos que tengan lugar cerca de su territorio, en clara asociación con la doctrina Monroe. Aunque Bond esté ahí siguiendo un rastro en defensa de los intereses británicos, que no solo no tienen que oponerse a los norteamericanos sino que en ocasiones incluso coinciden, la presencia de Félix es un mensaje: para Estados Unidos, América es “su” isla como para Reino Unido, Gran Bretaña es la suya, y todo cuando en ella ocurra tendrá su atenta mirada y observación.



- Aproximación a los códigos geopolíticos británicos en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI a través de las películas de James Bond


- La década de los 60


En la década de los 60 se estrenaron un total de seis películas de la saga, [14] las cinco primeras protagonizadas por el actor escocés Sean Connery, y la última por el australiano George Lazenby. Si se hace una captura de los países o ciudades que en ellas aparecen agrupándolas por regiones se pueden observar tres claras aéreas diferenciadas: el este-Sudeste asiático, el Caribe y los Balcanes. Además de estos espacios, en algunos momentos de estas películas aparecen otros lugares de centro Europa y Estados Unidos: Berna y Ginebra (Suiza), Génova (Italia), Baltimore (Maryland) y Kentucky.


En la región asiática la acción se localiza en Shanghái, Hong Kong, Japón, y en una recientemente independizada Singapur en aquél momento (1963) de Reino Unido. Esta zona representa un baluarte entre los océanos Pacífico e Índico. Desde el principio de la competición por la expansión marítima y colonial, tanto británicos como portugueses y españoles, pugnaron por establecer enclaves terrestres como base de suministros portuarios en esta zona. A pesar del proceso de descolonización, la presencia en dicha área no ha perdido un ápice de relevancia para el poder marítimo.


En la región del Caribe se muestra: Miami (Florida, EEUU), Nassau (Bahamas), así como una recién independizada Jamaica de Reino Unido en 1962 (Dodds, 2003: 135). Esta área representa la frontera acuática entre el norte y el sur de América. Igualmente se sitúa en un eje sobre el que pivotan: América, Europa y África como base de operaciones marítimas sobre el océano Atlántico.


En la región balcánica aparecen: Estambul (Turquía), Bulgaria, Belgrado (Serbia), Zagreb (Croacia), Trieste y Venecia (Italia) (Dodds, 2003). La importancia de este espacio está íntimamente relacionada con el modelo de Mackinder, y con la imposibilidad del momento de mostrar intervenciones en el Heartland o área pivote más al este de la frontera soviética por la tensión propia en plena Guerra Fría.


- La década de los 70


En la década de los 70 se estrenaron cinco nuevas entregas, [15] protagonizada la primera de ellas por Sean Connery y el resto por el actor inglés Roger Moore. Capturando los países y ciudades que aparecen en ellas del mismo modo que en el apartado precedente se puede observar que dos de ellas se repiten respecto a la década anterior. Las áreas sobre las que se interviene son: el Sudeste asiático, el Caribe y el Mediterráneo. Aparecen además de forma esporádica fuera de estas regiones: Bengarten (Austria), Ámsterdam (Holanda), Sudáfrica, Río de Janeiro (Brasil), Las Vegas (Nevada), Nueva York y California (EEUU) y Baja California (México).


La región asiática constituye un enclave fundamental para un país con aspiraciones a potencia marítima, y así se demuestra por la importancia que se le otorga a esta área. En esta década aparecen: Macao, Hong Kong y Bangkok (Tailandia).


La región caribeña vuelve a aparecer coincidiendo con la independencia de Bahamas de Reino Unido en 1973. Se presentan enclaves como: Nueva Orleans (Luisiana, EEUU), y la isla ficticia de San Monique, basada en la novela en Haití. A pesar de tener menos presencia que en la anterior década, sigue constituyendo un punto de referencia clave en el eje oceánico atlántico: América-Europa-África.


La región mediterránea es la que cobra una nueva importancia en esta década. Se producen intervenciones en la costa tanto europea, como norteafricana y de oriente próximo desde una posición de eje central que pivota sobre el mar Mediterráneo. Las principales referencias geográficas a las que se hace alusión son: Beirut (Líbano), El Cairo (Egipto), Cerdeña y Venecia (Italia).


En esta segunda década se siguen respetando dos de los patrones heredados de la anterior con la presencia en el Sudeste asiático y el Caribe. Atendiendo al modelo de Mackinder, el foco de acción se ha desplazado de los Balcanes al Mediterráneo. Las intervenciones cercanas al Heartland pasan por una centralización con el mar como referencia común en todas las direcciones. Debido a la fortaleza del Estado soviético, toda presencia cercana a esa zona debe hacerse en países fronterizos que lo rodean.


- La década de los 80


En la década de los 80 se estrenaron seis películas, [16] tres de ellas protagonizadas por Roger Moore, las dos últimas por el actor galés Timothy Dalton, y una no oficial dentro de la serie por Sean Connery. Continuando con el modelo espacial y temporal propuesto, las áreas sobre las que se muestra un mayor predominio de la acción en esta etapa son: el centro-sur de Asia, el Caribe y el Mediterráneo. Un rasgo diferenciador tanto de épocas precedentes como futuras es que en esta década aparecen las capitales de los principales países de Europa: Madrid, París, Berlín oriental y occidental. De centro Europa se muestran Cortina d’Ampezzo (Italia) y Bratislava (Checoslovaquia). También aparece San Francisco (California, EEUU), aunque hasta el momento en todas las etapas precedentes haya salido alguna localización estadounidense aislada no han sido suficientes como para poder definir un área propia concreta en una misma década.


La región asiática se moviliza en esta década del Sudeste al centro-sur, abandonando el planteamiento marítimo y acercando la posición hacia la zona asiática del Heartland ante un aumento en la debilidad del Estado soviético. En este sentido se interviene sobre: India, Afganistán y Karachi (Pakistán).


La región caribeña repite por tercera vez presentando apariciones en: Bahamas, Cuba, Florida (EEUU), y la república centroamericana ficticia de Isthmus, basada en Panamá.


La región mediterránea se mantiene respecto a la etapa anterior y amplía mucho más su influencia, tanto como su número de apariciones. En esta década sale: la costa de Albania, de Italia, del norte de África, Grecia, Niza (Francia), Gibraltar (España) y Tánger (Marruecos). La intervención en esta zona es prácticamente total.


Pese a la desaparición de la intervención en el Sudeste asiático, enclave fundamental hasta ahora como potencia marítima, los escenarios de esta década, posibilitados en parte por la reducción de capacidad del Estado soviético, se adecúan bastante más que cualquiera de los presentados hasta el momento a las pautas de intervención propuestas por Mackinder.


- La década de los 90


En la década de los 90 se estrenaron tres películas, [17] todas ellas protagonizadas por el actor irlandés Pierce Brosnan. La caída del muro de Berlín en 1989 y la desintegración de la Unión soviética abrió las puertas a la capacidad de intervención dentro del escenario ruso vedado hasta el momento. Las tres áreas destacadas de ésta década son: el este y sur asiático, Rusia y el Bósforo-Cáucaso. Se dan apariciones aisladas insuficientes para generar un patrón común en algunos espacios europeos reseñables como: Montecarlo (Mónaco), Oxford (Inglaterra), Hamburgo (Alemania) y Bilbao (España). Hay que destacar también que es la primera vez que aparece Londres como escenario de acción y no de mera reunión, descanso, disfrute o placer.


Abierta la posibilidad de intervención directa en el centro del Heartland, las operaciones en la región asiática vuelven a redirigirse hacia el sur y el este. Salen en escena: Vietnam, China y Hong Kong, coincidiendo con su independencia de Reino Unido en 1997.


La región caribeña se ve limitada como en la etapa anterior le ocurrió al Sudeste asiático, tan solo se da a una única aparición en Cuba.


Se muestra un área inaudita hasta el momento que podría subdividirse a su vez en dos. Por un lado un espacio netamente en suelo ruso: San Petersburgo, Arkangelsk, Severenaya y Siberia (Rusia). Por otro, las regiones del Bósforo y el Cáucaso: Azerbaiyán, Kazajstán y Estambul (Turquía).


Tan solo cinco años atrás, a finales de la década de los 80, habría sido impensable que Bond, un agente secreto británico se pasease tranquilamente por Moscú, cuanto más que conduzca un tanque a plena luz del día por las calles de San Petersburgo. Hasta tal punto que durante treinta años ha sido más creíble presentar a Bond en la órbita espacial, [18] antes que en ninguna ciudad soviética siquiera fronteriza.


La apertura rusa supuso posibilitar una cantidad enrome de nuevas situaciones espaciales, además de por su influencia en el modelo de Mackinder, permitiendo intervenir por primera vez de forma directa en el propio centro del Heartland.


- La década del 2000


En la década del 2000 se estrenaron un total de tres entregas, [19] la primera de ellas protagonizada por Pierce Brosnan, y las otras dos por el actor inglés Daniel Craig. Una vez pasó la primera etapa de euforia provocada por poder intervenir en el centro del Heartland, las acciones en Rusia se vieron drásticamente reducidas a apenas una. Las tres regiones que predominan en esta época regresan al modelo clásico inicial: el Sudeste asiático, el Caribe y centro Europa. Algunos enclaves que aparecen, insuficientes para generar un patrón por sí mismos, son: Islandia, Madagascar, Bolivia y Kazán (Rusia). Los dos primeros tienen en común su contacto acuático aislado, que pudiera significar un intento de volver a su posición de potencia marítima manteniendo más contacto con terrenos insulares.


La región del Sudeste asiático aparece en esta etapa geográficamente representada en: Corea del Norte y Hong Kong.


La región del Caribe vuelve a cobrar la importancia perdida en la década anterior con las apariciones en: La Habana (Cuba), Miami (Florida, EEUU) y Bahamas.


La región de centro Europa que aparece en esta década comprende: Austria, Praga (República Checa), Montenegro, Venecia y Siena (Italia).


Esta década muestra un regreso a los patrones clásicos en todas las líneas. Vuelve a la influencia marítima interoceánica mediante la presencia en las regiones del Sudeste asiático y caribeña, e incide sobre un área centro-europea parcialmente costera, que sin poder ser considerada propiamente mediterránea, sí que se encuentra cercana al mismo mar. Se percibe cierto repliegue respecto a los objetivos de la década anterior mucho más ambiciosos en conexión al modelo de Mackinder.


- La década del 2010


En la década del 2010 se han estrenado dos nuevas entregas hasta el momento, [20] ambas protagonizadas por Daniel Craig. A pesar del escaso material disponible, hay dos regiones que pueden ser diferenciadas con claridad: el Sudeste asiático y Gran Bretaña. Algunas áreas inconexas que aparecen son: Austria, Roma (Italia), Marruecos y México D.F. Todas ellas tienen en común encontrarse en una posición en el centro de la esfera global. Esto puede dar una muestra más de repliegue, continuando con la tendencia iniciada en la década anterior.


La región del Sudeste asiático aparece referenciada en: Macao y Shanghái (China). Se trata de un clásico que se repite en todas las décadas a excepción de los 80.


La otra región más clara es la propia Gran Bretaña. Después de una década sin haber acción en la isla, tras su estreno a finales de los 90 anteriormente mencionado, en esta última etapa aparecen secuencias tanto en Escocia como en Londres (Inglaterra).


En ésta década el análisis viene limitado por las escasas intervenciones que han tenido lugar hasta el momento debido al reducido número de películas estrenadas. [21] Aún así pueden extraerse conclusiones gracias a las tendencias anteriores y la herencia recibida de éstas.

El repliegue escénico deja un panorama complejo. Por un lado, la presencia en el Sudeste asiático es una muestra de la voluntad británica de continuar su planteamiento como potencia marítima. Aún así, se echan en falta las apariciones en el área caribeña. Por primera vez, las intervenciones en el Heartland se ven reducidas a una mínima y única presencia en Austria. Por el contrario, el espacio que cobra una importancia determinante, tanto por el tiempo dedicado en ambas películas como por su relevancia natural, es en el propio suelo de Gran Bretaña, tanto en Escocia como en Inglaterra.



- Conclusiones


Según esta agrupación temporal por décadas y espacial en regiones o aéreas y atendiendo al modelo de Mackinder, se puede inferir que hay dos zonas con una influencia reseñable e indiscutible a lo largo de estas seis décadas que resultan ser fundamentales para los intereses británicos como potencia marítima relevante a nivel mundial, estos son: el Caribe (hasta en cuatro de las seis décadas) y el Sudeste asiático (hasta en cinco de las seis décadas). Además de éstos y dependiendo del momento, desde su posición en el Mediterráneo pretende extender su influencia por: Oriente próximo y Oriente medio, el Cáucaso, el Bósforo, los Balcanes, y tener presencia en centro Europa, según las circunstancias y la coyuntura histórica lo permitan. En este sentido, se puede afirmar que el lugar en que se desarrolla la acción de las películas sigue una lógica dentro del razonamiento de intervenciones para lograr el dominio mundial expuesto por Mackinder.


En relación a este modelo, por una cuestión lógica de imposibilidad de operatividad en territorio soviético, hasta el final de la Guerra Fría no aparece acción en el centro del Área pivote (Heartland). Sin embargo, éste se da en todo su alrededor (India, Afganistán, Pakistán, Turquía, Líbano y Egipto) antes de 1989, así como en la zona europea del Heartland (Europa central, los Balcanes y el Bósforo).


No hay que olvidar que la pretensión británica actual a medio plazo no es la de aspirar a convertirse en el hegemón, sino la de ser un actor relevante en el equilibrio de poder entre los diferentes jugadores a escala mundial, desde su posición marítima.


De la evolución por décadas se puede inferir una incipiente situación de repliegue iniciada tras la década de los 90. Esa postura de cierre sobre sí mismo de Reino Unido puede asociarse a otros campos como el político en la realidad actual.


Bien es cierto que dependiendo de cómo se agrupen los espacios y el tiempo en que se miden se obtendrán unos resultados u otros. Si en lugar de dividirse por décadas se hubiese hecho en conjunto, se habrían obtenido multitud de intervenciones en todas direcciones y en todo momento, lo cual además de ser irreal, habría confundido más que ayudado a explicar la realidad.


También sería interesante abordar el mismo análisis por décadas del orden en que fueron publicadas las novelas, tanto de Ian Fleming como de otros autores.



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[1] Hasta el momento (2016) hay 24 películas oficiales y una no oficial, además de alguna parodia.

[2] Actualmente se denomina SIS (Secret Intelligence Service), el cual es responsable de la seguridad externa de Reino Unido, a diferencia del MI5 que es el departamento encargado de la seguridad interna.

[3] Sean Connery (escocés), George Lazenby (australiano), Roger Moore (inglés), Timothy Dalton (galés), Pierce Brosnan (irlandés), Daniel Craig (inglés).

[5] Esto no quiere decir que todas las películas comiencen en ese lugar, sino que en un momento determinado del principio de la práctica totalidad de ellas tiene lugar una reunión entre Bond y M para recibir órdenes sobre la nueva misión que se le encomienda, y ésta se desarrolla bien en su despacho, bien en algún buque de la Armada británica que pretenden reflejar lo mismo; el espacio seguro, el hogar.

[6] Ejército Republicano Irlandés Auténtico, en sus siglas en ingles: Real Irish Republican Army.

[7] Agente 007 contra el Dr. No (1962), Desde Rusia con amor (1963), Operación trueno (1965), Solo se vive dos veces (1967), Al servicio secreto de su Majestad (1969), Diamantes para la eternidad (1971), Nunca digas nunca jamás (1983), Spectre (2015).

[8] Goldeneye (1995).

[9] Casino Royale (2006), Quantum of Solace (2008), Skyfall (2012), Spectre (2015).

[10] Coronel Rosa Klebb (Desde Rusia con amor, 1963), General Orlov (Octopussy, 1983), General Georgi Koskov (Alta tensión, 1987), General Arkady Grigorovich Ourumov y Xenia Sergeyevna Onatopp (Goldeneye, 1995), Renard (El mundo nunca es suficiente, 1999).

[11] Tatiana Romanova (Desde Rusia con amor, 1963), Mayor Anya Amasova (La espía que me amó, 1977), General Anatol Alexis Gogol (La espía que me amó, 1977), (Moonraker, 1979), (Sólo para sus ojos, 1981), (Octopussy, 1983), (Panorama para matar, 1985), (Alta tensión, 1987), General Leonid Puskin (Alta tensión, 1987), el Ministro de Defensa Dimitri Miskin (Goldeneye, 1995), el ex-KGB Valentin Dimitrovich Zukovsky (Goldeneye, 1995), (El mundo nunca es suficiente, 1999).

[12] Agente 007 contra el Dr. No (1962), Goldfinger (1964), Operación trueno (1965), Diamantes para la eternidad (1971), Vive y deja morir (1973), Nunca digas nunca jamás (1983), Alta tensión (1987), Licencia para matar (1989), Casino Royale (2006), Quantum of solace (2008).

[13] Cuando Bond tiene contacto con la CIA o la NSA en países que están fuera de América continental entabla relación con otros agentes: Jack Wade (Goldeneye, 1995), (El mañana nunca muere, 1997), Jinx Johnson (Muere otro día, 2002), entre otros. Como excepción está la partida de póker que tiene lugar en el Casino Royale de Montenegro en la película del mismo nombre.

[14] Agente 007 contra el Dr. No (1962), Desde Rusia con amor (1963), Goldfinger (1964), Operación trueno (1965), Sólo se vive dos veces (1967), Al servicio secreto de su Majestad (1969).

[15] Diamantes para la eternidad (1971), Vive y deja morir (1973), El hombre de la pistola de oro (1974), La espía que me amó (1977), Moonraker (1977).

[16] Sólo para sus ojos (1981), Octopussy (1983), Nunca digas nunca jamás (1983), Panorama para matar (1985), Alta tensión (1987), Licencia para matar (1989).

[17] Goldeneye (1995), El mañana nunca muere (1997), El mundo nunca es suficiente (1999).

[18] Moonraker (1977).

[19] Muere otro día (2002), Casino Royale (2006), Quantum of solace (2008).

[20] Skyfall (2012), Spectre (2015).

[21] Este análisis corre el riesgo de ser parcial por no haber concluido aún la década y por tanto estar abierto a ser modificado si antes del año 2020 se estrenase una nueva entrega, lo cual es más que probable debido al actual contrato del actor Daniel Craig que lo vincula con la saga para al menos una película más, unido a la necesidad de que esto ocurra lo antes posible debido a su edad (48 años en 2016), y la voluntad de la productora (Eon, MGM, United Artists y Broccoli) de no demorar la aparición de una nueva entrega más de tres años.

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